Este artículo refleja los argumentos reflejados en un documento informativo conjunto publicado por la Sociedad de Internet y la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) antes de la cumbre del grupo de mujeres del G20 (W20) celebrada en Argentina del 1 al 3 de octubre.
En nuestra era digital, aprender a utilizar internet ha sido esencial, sino sinónimo, para la empleabilidad en muchos campos. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) impulsan el crecimiento empresarial y el desarrollo económico de los países. Abren nuevos canales para comunicarse a través de grandes distancias, organizar a las personas, sensibilizar y estimular el activismo.
Pero dicha promesa puede profundizar en las desigualdades existentes en el mundo físico si no todos pueden acceder y disfrutar de estas tecnologías.
Actualmente, las mujeres y las niñas se están quedando atrás en el desarrollo digital. Mientras que en los países con ingresos bajos y medios, la brecha entre el uso de las mujeres y los hombres es del 26 %, en los países menos desarrollados (PMD), las mujeres utilizan internet un 33 % menos que los hombres.
En algunos casos, las mujeres simplemente no tienen acceso a internet o es demasiado caro. En otros, tienen acceso limitado con servicios de prepago. Además, hay factores culturales que impiden que las mujeres utilicen internet o que incluso tengan un ordenador o teléfono móvil,
lo que indica problemas más profundos. En general, las mujeres disponen de menos tiempo de ocio que los hombres, teniendo en cuenta que generalmente asumen una parte mayor de las tareas del hogar y el cuidado de los niños. Además, tienen menos oportunidades que los hombres para conseguir trabajos y ocupar puestos en los que se pueda acceder a internet y obtener conocimientos informáticos. Muchas también afirman que el contenido de internet no es relevante para sus vidas. Otras temen invasiones o abusos de la privacidad en línea. Como resultado, necesitamos más mujeres creadoras de contenidos y espacios en línea más seguros.
Asimismo, debemos recordar que el acceso a internet solo es completamente significativo cuando las mujeres tienen los conocimientos o capacidades para usarlo y mejorar sus vidas o las de sus familiares y comunidades. Como las economías son cada vez más digitales y están más interconectadas, es crucial la participación de las mujeres en campos como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM). No obstante, por desgracia, no siguen el mismo ritmo.
Necesitamos medidas efectivas, tangibles y cuantificables para acabar con la brecha de género digital en el acceso a internet. Hay que abordar los obstáculos que se oponen a sus uso para garantizar que las mujeres y las niñas puedan beneficiarse verdaderamente de la inclusión digital.
Sabemos que la desventaja digital refleja mayores desigualdades estructurales, económicas y culturales. Por tanto, las políticas solo pueden ser de naturaleza digital. Las medidas para reducir la brecha digital deben basarse en los derechos humanos, incluido el derecho de la mujer a participar y contribuir al desarrollo social, económico y cultural. Deben considerar la libertad de la mujer para tomar sus propias decisiones e incluir a mujeres de todos los grupos y condiciones sociales para dar forma a estas políticas y tecnologías que afectan a sus vidas.
No hay una solución apropiada para todos los casos. Existen enormes variaciones nacionales, tanto en igualdad de género como en desarrollo digital. Para que resulten efectivos, los cambios deben ser específicos desde el punto de vista cultural. Si deseamos superar las desventajas digitales y promover el desarrollo digital, los gobiernos, las empresas y otras partes implicadas deben prestar atención a los diferentes contextos al desarrollar las políticas, los programas y los planes de negocio.
Las medidas de desarrollo digital deben integrarse con políticas para combatir la desigualdad de género.
En agosto de 2018, el G20 se comprometió a «prestar especial atención» a la brecha digital de género y formuló nueve recomendaciones en relación con la Declaración Ministerial de Economía Digital, adoptada en Salta (Argentina).
Sin estas acciones, las diferencias en el acceso y uso de internet aumentarán la brecha tanto en información como en poder entre las mujeres y los hombres en lugar de reducirla, lo que resultaría perjudicial para todos.
Lea Inclusión digital de las mujeres: Documento informativo para el G20.
Foto: RadioViva/Asociación Trinidad