Con el entusiasmo que suscita el papel que desempeña la tecnología en la promoción del cambio social y la mejora de los resultados del desarrollo en todo el continente africano, resulta fácil olvidar que solo el 11 % de los abonados a Internet de todo el mundo sean africanos, mientras que solo el 35,2 % de africanos usan Internet. Considero que para que cualquier sistema de ciencia e innovación nacional e internacional resulte eficaz, se requiere una sólida infraestructura básica de investigación y enseñanza superior. Además de la creación de conocimientos, las infraestructuras de investigación básicas, el desarrollo de recursos humanos y las aplicaciones son fundamentales. No obstante, durante el desarrollo y gestión de actividades de investigación y la aplicación de sus resultados, tanto los investigadores como los responsables de investigación e innovación necesitan información. Estas necesidades deben satisfacerse para que los científicos y el sistema de innovación científica operen correctamente.
Con mi reciente participación en el 13.º Foro para la Gobernanza de Internet (FGI) de París en el marco del programa Youth@IGF, he terminado de entender que la tecnología ha contribuido en gran medida a incrementar la velocidad de acceso a la información y a generalizar su difusión (y, ahora, a las comunidades africanas).
África se está imponiendo en el desarrollo de tecnologías de información y comunicación, promovido también por la banda ancha móvil; no obstante, también existen tendencias preocupantes, como el aumento de la brecha digital entre hombres y mujeres, y entre el ámbito rural y urbano.
Si bien las organizaciones deben eliminar las barreras que contribuyen a la brecha digital, también creo que debemos apoyar una iniciativa en favor de combinar enfoques basados en bajas tecnologías con soluciones de alta tecnología para permitir a los ciudadanos acceder a información fundamental que pueda ayudar a mejorar sus vidas y contribuir a nuestra misión de conectar a los que no lo están.
El FGI 2018 supuso una plataforma para numerosos logros. Uno de los momentos clave fue la aceptación del hecho de que la tecnología puede permitir a las comunidades marginadas acceder a información fundamental a un ritmo y una escala sin precedentes. Lo que nos queda por hacer a embajadores digitales como yo es sensibilizar más sobre cómo esta información se puede usar correctamente y, al mismo tiempo, instar a las organizaciones a que integren enfoques basados en la tecnología en sus programas para maximizar sus beneficios. Sin embargo, al hacerlo, es importante valorar cómo estos enfoques se pueden combinar con metodologías basadas en bajas tecnologías, que ya han demostrado ser eficaces.
En términos de cifras y alcance, la telefonía móvil es la que predomina en los países en desarrollo del continente africano. No obstante, también podemos reconsiderar las nuevas tecnologías de bajo coste en aquellos casos en los que el aprovechamiento de la banda blanca de televisión (TVWS, por sus siglas en inglés) pueda ofrecer una oportunidad de conectar a la población mundial. Google y Microsoft ya están intentando conquistar el nuevo mercado de banda blanca de África. Puesto que las ondas pueden viajar en un radio de hasta 10 kilómetros, es una solución perfecta para las poblaciones más alejadas que no disponen de conexión.
París es una ciudad preciosa y, en general, el 13.º FGI supuso una experiencia fantástica para mí. La sesión sobre inclusión digital reavivó mi interés por continuar luchando por el continente. Hubo varias sesiones en las que se debatieron los problemas de África. Teniendo en cuenta que el deseo de contribuir al crecimiento digital de mi país se mantiene vivo, los gobiernos y organizaciones internacionales para el desarrollo de África también pueden reforzar la colaboración público-privada en la inversión en servicios de TIC e infraestructuras relacionadas con dichos servicios. Creo que también necesitamos intensificar las labores de formación sobre TIC en todos los niveles del sistema educativo, particularmente en las zonas rurales, y con especial énfasis en las niñas, otra iniciativa que apoyaré empezando por mi propio país. Este es uno de los problemas que se han descuidado, pero que requiere un cambio de enfoque.
Si bien el dominio insuficiente del inglés y las deficiencias en la infraestructura de TIC se posicionaron como los principales factores que contribuyen a la brecha digital en África, espero suscitar una mayor concienciación sobre el continente valiéndome de mi experiencia y mis conocimientos, sin olvidar la buena conexión que se creó en el FGI 2018 para ayudar a reformarlo y, al mismo tiempo, conectar a otros mil millones de personas.
Continúe leyendo sobre las redes comunitarias y, después, trabajemos juntos hacia el llamamiento #SwitchItOn.
Imagen © Internet Society/Nyani Quarmyne/Panos Pictures