Una vez más, el mundo está siendo testigo del poder destructivo de una catástrofe natural. Esta vez se llama Dorian. Lo que nos preocupa es el hecho de que la velocidad del viento alcanzó la máxima intensidad de cinco en la escala Saffir-Simpson, lo que causó daños nunca vistos en las islas de las Bahamas. También resulta preocupante que algunos países caribeños aún no se han recuperado por completo de las tormentas de 2017, Irma y Maria. Según los pronósticos es posible que se produzcan más tormentas en plena temporada de huracanes.
El mar Caribe sigue siendo vulnerable a las catástrofes naturales y estos fenómenos tienen una enorme repercusión en el desarrollo económico y social de la zona. Según el profesor Jamal Saghir, antiguo ejecutivo del Banco Mundial, y un grupo de expertos, el 20 por ciento del PIB del Caribe se dedica a la recuperación de catástrofes naturales. Debemos ser conscientes de que se trata de Estados en desarrollo en pequeñas islas (SIDS, por sus siglas en inglés) que ya están expuestos a todo tipo de desafíos por causa de sus economías pequeñas.
Las catástrofes naturales no van a desaparecer y cabe esperar que cada vez tengan un mayor poder destructivo. Si bien no podemos enfrentarnos a la naturaleza, no hacer nada no es una opción.
En Internet Society trabajamos por un Internet abierto, conectado globalmente, fiable y seguro para todo el mundo. En lo relativo a estar “conectado globalmente”, hemos puesto el punto de mira en formas innovadoras e inteligentes de conseguir que la gente se conecte a Internet. La comunicación antes, durante y después de una catástrofe natural es importante. Nuestra estrategia de redes comunitarias también debe abordarse desde ese prisma. Sin embargo, no estamos trabajando en vano; tenemos que hacer más cosas y empezar a centrarnos en diseñar y crear infraestructuras de comunicación crítica más resistentes.
En las próximas horas y días, las partes interesadas del Caribe se pondrán manos a la obra para reparar la infraestructura de comunicación crítica lo más rápido posible. Entre ellas se encuentra la Agencia de Emergencias por Catástrofes Naturales del Caribe (CDEMA, por sus siglas en inglés); el comité de Control de Riesgo de Catástrofes Naturales (DRM, por sus siglas en inglés) perteneciente a la Asociación Caribeña de Operadores Nacionales de Telecomunicaciones (CANTO, por sus siglas en inglés); la Unión de Telecomunicaciones del Caribe (CTU, por sus siglas en inglés); CaribNOG; y varias ONG.
Nuestra comunidad diversa, formada por filiales y socios con experiencia en respuestas a catástrofes naturales, será un eslabón esencial para seguir colaborando en la búsqueda de ayuda para la zona. En estos momentos, estamos esperando el “visto bueno” de las autoridades de Bahamas para recibir ayuda estructural in situ.
Hago un llamamiento a nuestros socios y miembros de filiales con conocimientos técnicos para restablecer la infraestructura de comunicación crítica. Si deseas colaborar, ponte en contacto conmigo. Vamos a seguir trabajando para que todo el mundo se pueda conectar a Internet.