Las redes comunitarias (CN, por sus siglas en ingles) ofrecen una solución para miles de millones de personas desconectadas. Están cobrando cada vez más importancia, ya que las tendencias recientes muestran una desaceleración en el crecimiento de las conexiones a Internet a través de operadores nacionales en la región Asia-Pacífico.
El pasado mes de agosto, Internet Society y la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico organizaron la Cumbre Regional de Asia-Pacífico sobre Redes Comunitarias 2019 en Bangkok (Tailandia). El eventó reunió a 110 participantes, entre los que encontramos altos funcionarios gubernamentales de Asia y del Pacífico, así como un grupo multidisciplinar de expertos regionales en redes comunitarias, grupos de la sociedad civil, representantes de la industria y académicos e investigadores, para debatir sobre temas fundamentales en torno a las CN.
¿Qué son las redes comunitarias?
Se trata de redes «caseras» instaladas por la gente para la gente. Además de conectar a las comunidades rurales y alejadas, las dotan de un recurso para mejorar su calidad de vida. Los ponentes y participantes en la cumbre compartieron varios ejemplos exitosos de la región como, por ejemplo, el Proyecto de Banda Ancha Rural Garm Marg de la India, que ha mejorado el acceso de las comunidades a servicios gubernamentales y financieros, las redes comunitarias de Nepal, que han ayudado a las comunidades a recuperarse del devastador terremoto de Gorkha en 2015 y a prepararse para catástrofes futuras, y la red comunitaria de Pakistán, que ha mejorado los recursos educativos para niñas en una escuela rural alejada.
No obstante, proyectos exitosos como estos son más la excepción que la norma. Por regla general, las redes comunitarias deben hacer frente a desafíos que exigen la atención de legisladores y reguladores para que puedan prosperar y crecer. Por ejemplo, las CN suelen tener problemas para gestionar los complejos requisitos legales para el registro, la obtención de licencias y permisos, además de no poder afrontar los gastos derivados de ello. Otros desafíos habituales a los que se enfrentan las CN están relacionados con aspectos de capacidad técnica, económica y humana, sobre todo en lo relativo a garantizar su sostenibilidad. Muchas se han puesto en marcha financiadas por subvenciones, pero tienen dificultades para pasar a un modelo basado en ingresos para mantener la red cuando se acaban las subvenciones.
Cinco conclusiones clave
He aquí algunas estrategias para abordar estos desafíos:
- El primer paso para poner en marcha redes comunitarias es lograr que las comunidades se interesen y se comprometan a gestionar sus propias redes para satisfacer sus necesidades. Es posible que las comunidades no aprecien inmediatamente el valor de dichas redes y el proceso para que se den cuenta de las ventajas requiere tiempo. Una vez que los miembros de la comunidad sean conscientes del valor de Internet, se mostrarán más predispuestos a mantener la red comunitaria.
- El desarrollo de las redes comunitarias requiere un enfoque multilateral. Para que prosperen y crezcan, se necesitan el compromiso de la comunidad, conocimiento técnico especializado, inversiones financieras y apoyo gubernamental para que exista un marco normativo que ofrezca seguridad y protección jurídica. El primer paso para abordar la reforma legislativa es ampliar el diálogo para que no solo participen los reguladores y los operadores de telecomunicaciones, sino también operadores de redes pequeñas, cooperativas y emprendedores, así como demás partes interesadas de otros sectores como el agrícola o financiero, que forman parte del ecosistema digital.
- Las redes comunitarias son una solución para el desarrollo rural sostenible y la consecución de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). No se trata de trabajos informales tecnológicos que sencillamente conectan a las comunidades. Las iniciativas se centran en el desarrollo de aptitudes, la promoción de oportunidades y el empoderamiento de comunidades rurales y alejadas para mejorar su calidad de vida y conseguir sus propios objetivos de desarrollo social y económico mediante el uso de tecnologías de banda ancha. Las redes comunitarias deben desvincularse del dominio de los expertos en tecnología y conceptualizarse como una solución para el desarrollo sostenible.
- Los legisladores y reguladores deben simplificar los requisitos legales y aumentar las opciones de financiación para operadores sin ánimo de lucro y a pequeña escala. Se trata de exenciones fiscales y eliminación de comisiones o descuentos para redes comunitarias, reservar una parte del espectro a precio reducido y permitir que las redes comunitarias puedan solicitar financiación a los Fondos de Acceso y Servicio Universal (USAFs, por sus siglas en inglés), que solo suelen estar al alcance de los titulares de las licencias y multinacionales de las telecomunicaciones.
- Integrar enfoques inclusivos en el desarrollo de la red comunitaria que tengan en cuenta las necesidades de grupos en riesgo de exclusión social, incluidas mujeres, menores y jóvenes, mayores, personas con discapacidad y pueblos indígenas. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se cumplirán hasta que se aborde la desigualdad de acceso a Internet y a los dispositivos.
Gracias a todos los que participaron en la Cumbre Regional de Asia-Pacífico sobre Redes Comunitarias de 2019. Si no pudiste asistir al evento, puedes leer el informe y ver el vídeo del evento.
Internet es para todo el mundo. ¡Sigue informándote sobre la redes comunitarias y únete al movimiento global para cerrar la brecha digital!