Nelso Rodríguez es enfermero y uno de los fundadores de la red comunitaria en la localidad de la Patagonia argentina de El Cuy.
Hace poco más de un año, los 540 habitantes de mi aislado pueblo de El Cuy no tenían conexión móvil ni Internet.
Después de varios intentos fallidos por parte del gobierno provincial para habilitar la conexión a Internet por satélite (que era de muy baja calidad y extremadamente cara), nuestro pueblo empezó a pedir Internet para todos.
Después de que la prensa se hiciese eco de nuestra falta de conectividad, Internet Society se ofreció para ayudarnos a poner en marcha una red comunitaria. Había un cable de fibra óptica que pasaba por un pueblo situado a tan solo 50 km, que también tenía un repetidor de la señal de Internet. Así pues, un grupo de residentes se ofreció voluntario para cavar las zanjas para los pilares y poner el hormigón. Internet Society financió todo el material y se encargó de la asesoría técnica. Cuando se conectaron las dos antenas, Internet llegó a El Cuy.
Nuestra red lleva en marcha desde febrero de 2019 y da servicio a casi 400 residentes de El Cuy y a otros 100 de la localidad vecina de Cerro Policía. ¡Esto ha sido espectacular de muchas formas!
En nuestra comunidad hay unas 200 personas mayores de 60, todas jubiladas. Antes de Internet, la recetas del Programa de Atención Médica Integral (PAMI), que es un programa social para jubilados y pensionistas, se tramitaban manualmente. La gente tenía que ir al médico a por la receta, lo que suponía un desplazamiento de 130 kilómetros hasta General Roca, la ciudad más cercana, para que le fuera aprobada. El viaje cuesta entre 2.000 y 3.000 pesos argentinos (25-40 €) solo en gasolina. Era un trámite engorroso que no tenía sentido.
Ahora nos ahorramos el viaje, ya que el PAMI tiene una sede electrónica. También nos ahorramos los viajes para ir al banco, hacer trámites burocráticos o pedir permisos de traslado de ganado, porque se pueden hacer por Internet.
Con la cuarentena impuesta por la COVID-19, y teniendo en cuenta que hay casos de coronavirus en General Roca, pero aún no en El Cuy, evitar ahora estos desplazamientos es más importante que nunca.
Durante la pandemia, Internet ha sido fundamental para la comunicación. Nosotros (los profesionales de la salud) estamos llevando un seguimiento estricto de la cantidad de casos que hay en la provincia y en Buenos Aires. También estamos proponiendo las medidas que deben tomarse. Estar al tanto de esto por Internet nos da muchas ventajas… para prepararnos ante lo que se avecina y evitar los mismos errores que en otros lugares. Antes solo nos hubiéramos enterado de la COVID-19 por la tele o por teléfono.
Poder acceder a la información y organizar sesiones de formación online me ha permitido prestar un servicio de mejor calidad. También podemos mantener el sistema de salud al día, con una administración y contabilidad más eficiente.
La red también ha sido importante para la policía, que antes solo contaba con la radio. Y al menos 11 residentes están cursando estudios universitarios a distancia gracias a Internet. Durante la cuarentena, los colegios envían los deberes por Internet.
Tener acceso a Internet ha supuesto un impulso determinante para la economía local. La gente puede buscar trabajo en Internet. Nuestra principal actividad económica es el ganado, sobre todo ovejas y vacas. Nuestros granjeros pueden hacer cursos de formación en ganadería virtuales. El acceso a Internet también les ha servido a los ganaderos para informarse sobre los precios de mercado de la carne o la lana, subvenciones estatales y el tiempo.
Recuerdo un día que un gaucho vino al pueblo para conectarse a Internet porque quería ver el tiempo antes de esquilar a sus ovejas. ¡Vio que había pronóstico de nieve, en pleno verano! Entonces, tuvo que aplazarlo todo. Si hubiera esquilado ese día, un montón de animales habrían muerto.
Cuesta imaginar lo importante que es para nosotros tener Internet aquí. Y es gratis. Cubrimos los gastos que surgen mediante actividades colectivas como, por ejemplo, rifas y venta de repostería.
Actualmente tenemos una conexión de 10 megabits por segundo (Mbps), pero la compartimos con Cerro Policía, que también tiene 400 habitantes. Ya era muy poco antes de la pandemia y el tráfico ha aumentado desde entonces, por lo que tenemos que conectarnos por turnos y algunas veces la red está muy saturada. Nos vendría muy bien tener más capacidad. Es algo que estamos pidiendo al Secretario de la Comisión de Desarrollo local. Mientras tanto, le sacamos el máximo partido a lo que tenemos.
Para mí, una de las cosas más valiosas de esta experiencia es que nos dimos cuenta de que podíamos hacer cosas y organizar nuestra comunidad en torno a un bien común. Esa es una lección de oro.
Conectarse a Internet nunca ha sido tan importante. Seguiremos presentando el trabajo de las comunidades por todo el mundo para que Internet siga siendo abierto y esté conectado globalmente. No tiene fronteras.