En la Cumbre Virtual sobre Redes Comunitarias de África, más de 200 operadores de red locales descubrieron formas nuevas de ofrecer una conectividad asequible y fiable a las comunidades desatendidas.
Todos los años desde 2016, los operadores de redes comunitarias, aliados, socios, legisladores y reguladores de la región se congregan en la Cumbre sobre Redes Comunitarias de África. Esta cita les sirve para aprender, compartir experiencias, colaborar y encontrar soluciones para conectar a los desconectados.
La cumbre del año pasado se celebró en Dodoma (Tanzania) en torno a la temática «mejorar la resiliencia de las redes comunitarias». La Fundación Fantsuam, una de las redes comunitarias más antiguas de África, que lo perdió todo después de crear una red enorme por culpa de la violencia sectaria, fue la inspiración de dicha temática.
El evento de este año se basó en la temática de 2019 pero se centró en el tratamiento de los desafíos nuevos que afrontaron las redes comunitarias en 2020 cuando tuvieron que vérselas con la pandemia de la COVID-19.
Si bien la pandemia global impidió un encuentro presencial de las redes comunitarias, ofreció la oportunidad de reinventar la cumbre y buscar formas de fomentar la colaboración, la implicación y el aprendizaje entre los operadores de redes comunitarias y el ecosistema auxiliar.
Durante la pandemia, el acceso a Internet se ha convertido en un salvavidas porque las actividades cotidianas han pasado a hacerse en la red y también las respuestas para contener la propagación del virus. Este amplía las desigualdades digitales, sobre todo para aquellas personas que viven en zonas con un acceso limitado a la conectividad.
¿Dónde está la esperanza para los desatendidos?
A lo largo de las zonas urbanas, rurales y remotas sin atender y desconectadas de África, se está alzando una nueva ola de infraestructura de Internet. A diferencia de la mayoría de las infraestructuras de conectividad de carácter comercial, estas infraestructuras están motivadas, instaladas, poseídas y explotadas socialmente por las comunidades locales a las que dan servicio.
En estos momentos África tiene más de 30 redes comunitarias que ofrecen una conectividad asequible a comunidades y pueblos desatendidos. Conforme crecen las redes comunitarias en el continente para dar servicio a más gente, cada vez tienen que hacer frente a desafíos más numerosos. La cumbre de este año ofreció una experiencia virtual en la que se dieron cita defensores del movimiento de las redes comunitarias, para entender el mundo en constante evolución de las redes propiedad de las comunidades.
El primer webinario se celebró en septiembre. Reunió a un grupo de expertos de Nigeria (Fundación Fantsuam), la República Democrática del Congo (red comunitaria PamojaNET- La Différence) y Sudáfrica (red comunitaria Mamaila). El grupo estaba formado por redes comunitarias en diferentes fases de desarrollo. La Fundación Fantsuam es la red más antigua, con más de 10 años de existencia. La red PamojaNET- La Différence se fundó en 2014 y tiene seis años de experiencia, mientras que la red Mamaila tiene dos.
El debate se centró en las experiencias sobre la puesta en marcha y explotación de las redes comunitarias. También se debatió sobre modelos de gobernanza de red, desafíos, enseñanzas fundamentales y recomendaciones que pueden contribuir al crecimiento del movimiento de redes comunitarias en África.
Uno de los elementos destacados fue el papel que desempeñan las redes comunitarias más antiguas a la hora de apadrinar y apoyar a redes nuevas mediante los intercambios entre pares, que se pueden producir en la red y fuera de ella. Una recomendación consistió en pedirles a los legisladores y reguladores que reconocieran las redes comunitarias para fomentar su crecimiento en el continente.
La segunda serie de webinarios, celebrada en octubre, se centró en las estrategias de implicación de la comunidad y la titularidad para el crecimiento de las redes comunitarias en África. Un grupo estuvo formado por profesionales de redes comunitarias de Sudáfrica (Zenzeleni Networks), Namibia (GrootAhub CN) y Tanzania (red comunitaria Kondoa).
Compartieron sus experiencias en la implicación de las partes interesadas de la comunidad, conseguir compras al por mayor locales y fomentar la titularidad local, después de varios años liderando un compromiso inclusivo. La sesión dejó claro que la implicación de la comunidad es un proceso continuo, ya que la comunidad debe evolucionar a lo largo del tiempo. Esto ayuda a generar confianza en la comunidad y mejora las relaciones sólidas con todas las partes interesadas.
El tercer webinario se centró en cómo aprovechar las fuentes de financiación pública alternativas para redes comunitarias como, por ejemplo, los fondos de acceso al servicio universal. Se pusieron encima de la mesa experiencias y buenas prácticas de Lesoto, Ghana y Sudáfrica, así como la investigación regional en otros países africanos sobre la forma de captar, consolidar y gestionar eficazmente fondos públicos como los Fondos de Acceso al Servicio Universal (USAF, por sus siglas en inglés) para conectar a más comunidades desconectadas.
Los fondos del USAF son unos fondos comunes habilitados para hacer llegar la conectividad a los desconectados, que se financian mediante contribuciones obligatorias de los operadores de redes móviles y otros proveedores de telecomunicaciones. Sin embargo, los ponentes dijeron que estos fondos estaban infrautilizados en muchos países africanos. En el debate se puso de manifiesto que uno de los impedimentos para acceder a los fondos es la falta de conocimiento entre las redes comunitarias sobre la existencia de los fondos. De forma similar, el modelo de redes comunitarias sigue siendo nuevo o desconocido en los ámbitos políticos y legislativos, así como para los gestores de los recursos del USAF. Como vía de progreso, el grupo de ponentes recomendó un aumento de la concienciación sobre las redes comunitarias entre los gestores de fondos del USAF y apoyar la creación de marcos políticos y jurídicos que faciliten que todas las redes accedan a los fondos.
Hubo un consenso en la forma de poner los fondos a disposición de las redes comunitarias y una petición para convocar una reunión de los gestores de fondos del USAF basada en África para articular esto.
La gran lección aprendida de la Cumbre Virtual sobre Redes Comunitarias de África de 2020 es que para que el movimiento de las redes comunitarias crezca en África, es necesario que existan espacios virtuales y físicos para que los operadores de red, defensores y simpatizantes aprendan unos de otros y colaboren. También es indispensable crear una política habilitante y un marco normativo para articular el crecimiento de las redes comunitarias.
Se celebraron tres de las cinco sesiones programadas para la cumbre, y las dos restantes tendrán lugar en enero y febrero de 2021. Ve las grabaciones y entérate de cuándo se celebrarán las próximas sesiones.