Las bibliotecas y las redes comunitarias se unen y descubren nuevas formas de conectar a los desconectados
Cuando la pandemia de la COVID-19 llegó a principios de 2020, las bibliotecas de todo el mundo cerraron sus edificios para limitar la propagación del virus. Lo que no se cerró fueron los servicios cruciales que prestaban. En cambio, los bibliotecarios dieron un paso al frente y se concentraron en su vocación de servicio público, actuando como personal de emergencia y ampliando su firme compromiso de garantizar que la gente tuviera acceso a la información pública.
Un año después de esta pandemia, el acceso a Internet es indispensable. Mucha gente necesita conectarse a Internet para todo, ya sea para estudiar o trabajar o estar al tanto de la vacunación. Pero las medidas de confinamiento que salvan vidas están planteando desafíos a las formas en que muchos de nosotros hemos podido acceder a Internet en espacios públicos.
A medida que la COVID-19 agrava los problemas relacionados con la falta de acceso a Internet, las bibliotecas desempeñan un papel aún más importante en la conexión de las comunidades locales. Esto ha sucedido de varias formas creativas, desde convertir las furgonetas bibliotecarias en puntos de acceso itinerantes que ofrecen conexión wifi en toda la comunidad, hasta ampliar el acceso wifi de la biblioteca al aparcamiento y más allá.
Las bibliotecas tienen un largo historial de colaboración con las redes comunitarias para ofrecer conexión a Internet asequible a comunidades enteras. La pandemia nos ha recordado su función esencial a la hora de ofrecer recursos fundamentales, material educativo y acceso a Internet. También ha puesto de manifiesto las formas diferentes en que las bibliotecas pueden apoyar a las redes comunitarias.
Reducir la brecha digital con las redes comunitarias
Las redes comunitarias son redes de propiedad y gestión colectiva que garantizan el acceso de una comunidad a las oportunidades y recursos que ofrece Internet. Se están creando continuamente por personas en zonas desatendidas y sin servicios en todo el mundo.
En Georgia, la filial georgiana de Internet Society se ha asociado con varias organizaciones locales de Internet para que la remota y montañosa región de Tusheti se pueda conectar a Internet. En Zimbabue, un pequeño programa comenzó como un cibercafé y ha crecido hasta ofrecer formación en informática a los profesores de más de 200 colegios de primaria y secundaria. En la región argentina de la Patagonia, los residentes de El Cuy pusieron en marcha una red que sigue creciendo para satisfacer las necesidades de la comunidad y conectar a decenas de personas a Internet.
Tal vez ya formes parte de una red comunitaria, o tal vez quieras crear una. ¡En cualquier caso, la biblioteca de tu pueblo puede desempeñar un papel fundamental!
Bibliotecas como nodos de una red comunitaria
Todas las bibliotecas locales no tienen conexión a Internet. Pero todas las bibliotecas locales son una institución comunitaria que busca conectar a la gente y llevar la información a todos. También existen formas diferentes de convertir una biblioteca local en un centro de la red comunitaria, y una de ellas es hacer que sus edificios sean transmisores de señales wifi.
Don Means, cofundador de Digital Village Associates, es un gran defensor de las bibliotecas como nodos inalámbricos ampliados. “Si montas un rúter wifi normal en una ventana abierta o en el lateral del edificio”, explica, “puedes recibir una señal medida en decenas de metros, quizá a unos 200 metros desde el edificio. Pero ¿por qué no 1000 metros, o varios miles de metros desde el edificio?”.
Si las bibliotecas utilizan antenas o rúteres para ampliar la cobertura de la conectividad, los miembros de la comunidad pueden obtener un acceso digital cercano. O, mejor aún, acceder a Internet desde casa, ya que la señal inalámbrica se potencia en la comunidad.
Hay grandes ejemplos activos de este tipo de asociación. Como en Perafita (España), donde la Biblioteca Pública de Perafita, por su ubicación, estaba bien situada para instalar las antenas del nodo central de la red comunitaria. O en el distrito de Akwapem Norte, en Ghana, donde una organización no gubernamental lidera un proyecto que lleva la conectividad inalámbrica a instituciones clave de la zona.
Cinco razones por las que las bibliotecas son grandes socios de la red comunitaria
Las bibliotecas están especialmente bien situadas para ofrecer su ayuda y apoyo a las redes comunitarias. En 2020, la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA, por sus siglas en inglés) publicó un informe para explicar por qué. Estas son algunas de las principales razones:
1. Las bibliotecas son lugares de seguridad y confort. Cuando una red comunitaria puede asociarse con una biblioteca local, esta le aporta credibilidad y legitimidad.
2. Las bibliotecas pueden ayudar a informar a los residentes locales sobre el valor potencial de los proyectos de las redes comunitarias, y ayudar a los residentes a encontrar y acceder a la información sobre cómo crearlas ellos mismos.
3. Las bibliotecas son fundamentalmente abiertas y democráticas. Pueden servir como espacios de reunión, coordinación y deliberación, o acoger talleres.
4. Las bibliotecas pueden ofrecer espacios de almacenamiento para guardar el equipo físico, así como un suministro eléctrico esencial. También pueden ofrecer un sitio para las antenas.
5. Las bibliotecas pueden facilitar las conexiones clave, desde la obtención de subvenciones para la instalación de la red hasta la negociación de precios con los proveedores de Internet, pasando por la adquisición de licencias para la instalación de antenas.
Ofrecer contenido local en servidores locales
Las bibliotecas no se han limitado a poner rúteres y antenas en sus edificios. También se han convertido en distribuidores de contenidos digitales al tomar materiales de sus colecciones y ponerlos a disposición de las redes comunitarias. Esto resulta especialmente valioso cuando ese contenido es importante y útil para los estudiantes. Si este contenido se guarda en servidores locales, alguien podría incluso acceder a él sin necesidad de acceder a la red de Internet más amplia. Esto significa velocidades de conexión más rápidas y un mejor acceso a los contenidos relevantes para la gente de la comunidad.
Con el Ministerio de Educación, el servicio bibliotecario ghanés ha centrado sus recursos en el desarrollo de software y la creación de contenidos online. El director ejecutivo de la Autoridad de Bibliotecas de Ghana, Hayford Siaw, afirma: “Si esta pandemia hubiera ocurrido hace cinco años, no habría pasado nada en la biblioteca y todas nuestras instalaciones se habrían cerrado. Pero en 2018, gracias a una directriz política del gobierno, decidimos desarrollar nuestra biblioteca digital”.
La biblioteca desarrolló su propia aplicación, que actualmente se utiliza de forma generalizada en toda Ghana. Además del uso de la app, la biblioteca también ha lanzado un concurso de escritura a través de su página web para animar a los jóvenes a “crear y desarrollar historias sobre sus experiencias relacionadas con este periodo”.
Iniciativas como esta tienen éxito cuando los gobiernos tienen la visión y la capacidad de invertir en contenidos digitales de esta manera. ¿Pero qué pasa cuando no lo hacen? El mantenimiento de la infraestructura y la creación de contenidos pueden resultar caros. Para ello, las bibliotecas han demostrado ser fundamentales para ayudar a las redes comunitarias a conseguir financiación.
Las bibliotecas como socios financiadores de las redes comunitarias
Mantener un acceso fiable a la red comunitaria requiere una financiación fiable. Esta financiación suele depender de la creación de un gran grupo de miembros para distribuir mejor los costes. Las bibliotecas pueden ayudar a aumentar estas afiliaciones atrayendo a posibles miembros nuevos de la red comunitaria a través de su propia base de miembros.
Las bibliotecas también pueden conectar a las redes comunitarias con la financiación gubernamental. Un ejemplo es el programa E-rate en Estados Unidos. Según la Asociación Americana de Bibliotecas, “el programa E-rate, también conocido como mecanismo de apoyo a los Servicios Universales para Escuelas y Bibliotecas, es el programa que proporciona descuentos a las bibliotecas públicas, así como a los colegios de primaria y secundaria, en servicios de telecomunicaciones, acceso a Internet, equipos wifi y algunos costes estrechamente relacionados, como el cableado interno”. En el estado de Georgia, el gobierno local ha invertido dinero en conectar a todas sus bibliotecas.
Otra forma en que las bibliotecas pueden ayudar es conectando las redes comunitarias y el sector privado. En Estados Unidos, la Asociación de Bibliotecas Públicas (PLA, por sus siglas en inglés) ofrece a las bibliotecas rurales formación y recursos en materia de hardware y competencias digitales, ayudando a las poblaciones rurales a aprovechar los beneficios de la conectividad a Internet de banda ancha. Esto es posible gracias a una donación de 400.000 USD de Microsoft Philanthropies a través del programa DigitaLead: Bibliotecas Rurales que Crean Nuevas Posibilidades.
Y como anunció Scott G. Allen, director adjunto de la PLA, en abril de 2020, el programa de microbecas de acceso a la red wifi pública de Microsoft donó “120.000 dólares para ayudar a las bibliotecas públicas de las comunidades rurales con hardware y apoyo para instalar puntos de acceso a la red wifi pública en los terrenos de la biblioteca o cerca de ellos”.
Las bibliotecas están cerrando la brecha digital comunidad a comunidad
El barrio del Canal de San Rafael (California) es un gran ejemplo del potencial de las bibliotecas y las redes comunitarias que trabajan juntas. Se trata de una zona con muchas familias de bajos ingresos, en la que solo el 43 % de los hogares tiene ordenador. En los barrios más ricos de los alrededores esa cifra se sitúa en el 90 %. Los estudiantes del barrio del Canal se enfrentan a devastadores retrocesos educativos al verse obligados a pasar a estudiar por Internet.
Omar Carrera está decidido a que eso no ocurra. Es director ejecutivo de Canal Alliance, una organización sin ánimo de lucro dedicada a apoyar a los inmigrantes latinos en Estados Unidos. Este verano, su organización se asoció con otros grupos locales y creó una red wifi comunitaria gratuita. Utiliza los puntos de acceso wifi fijados a las farolas, con ubicaciones raíz establecidas en las sucursales de las bibliotecas de los colegios del barrio.
Esta red comunitaria dará conexión a más de 2.000 estudiantes y a sus familias de cara al próximo curso escolar. Y las ventajas trascienden el aula virtual. Los residentes pueden acceder a la red para obtener servicios como ayudas al desempleo y al alquiler, e información sobre las últimas órdenes sanitarias locales.
Colabora con tu biblioteca local para crear una red comunitaria
Personas de todo el mundo están construyendo redes comunitarias para superar la brecha digital, y las bibliotecas están desempeñando un papel fundamental. ¡Averigua cómo puedes formar parte de ello!
Image de Susan Yin vía Unsplash