Han pasado décadas desde el desarrollo de Internet. Sin embargo, todavía hay muchas personas en el mundo sin ningún tipo de conectividad. Algunos pueblos no conocen servicios populares como Facebook, WhatsApp e Instagram, y hay comunidades tribales que han vivido toda su vida completamente desconectadas del mundo exterior. Cuando la información tan vital como la salud y la educación no puede llegar a todos, es un motivo de preocupación. Sittlingi, una aldea tribal a 270 kilómetros de Chennai, la capital del Estado de Tamil Nadu, en la India, es un lugar donde enviar un mensaje de correo electrónico significaba viajar durante todo un día.
En 1992, el Dr. Regi George y la Dra. Lalitha Regi se trasladaron al pueblo situado en el valle de las colinas de Kalrayan y crearon una organización llamada Iniciativa Tribal Health. Su visión era mejorar la vida de los habitantes de Sittlingi. Casi 30 años después, se han convertido en un equipo de más de 70 personas altamente capacitadas, que promueven su misión a través de una variedad de programas de atención médica, salud comunitaria, agricultura y artesanía.
Su objetivo era mejorar las vidas a través de cuatro iniciativas: un hospital tribal, un centro de artesanía, una cooperativa agraria y un colegio. Ahora el hospital tribal atiende a la comunidad local, ofreciéndole un excelente servicio sanitario asequible, que llega a otras 15 aldeas del valle de Sittlingi y atiende a unas 16.000 personas. El centro de artesanía Porgai ayuda a la comunidad tribal lambada local y actúa como enlace entre sus productos y el mercado; tienen una tienda física donde venden productos elaborados por las mujeres locales, lo que las empodera y las ayuda a ser autosuficientes. La cooperativa agraria, la Asociación de Agricultores Ecológicos de Sittlingi, ayuda a unos 500 agricultores locales. El colegio permite a los niños de la comunidad tribal acceder a la educación.
No tener conectividad siempre fue un inconveniente para Sittlingi. Cuando se puso en marcha la Iniciativa Tribal Health, la cabina telefónica más cercana estaba a cuatro horas de distancia, y hacer una sola llamada telefónica costaba un día entero. Con la llegada de Internet y las disqueteras, su trabajo se hizo más fácil. El viaje seguía siendo de cuatro horas, pero la gente de la comunidad podía llevar disquetes a Salem, ir a un cibercafé y copiar todos sus mensajes de correo electrónico. Una vez de vuelta en Sittlingi, podían escribir las respuestas sin conexión, volver con los disquetes al cibercafé de Salem y enviar sus mensajes, llevando el siguiente lote de vuelta a casa.
Unos años más tarde, Internet se puso por fin al alcance de la región. Para entonces la gente tenía ordenadores portátiles y podía llevarlos a un pueblo a unos 20 kilómetros de distancia, donde había una conexión a Internet 2G. Seguía siendo una jornada completa, esta vez con un jeep hasta el pueblo, donde se podía completar el trabajo en Internet bajo un árbol antes de volver por la tarde.
En 2019 el valle de Sittlingi por fin tuvo una mínima conectividad. La conexión a Internet era irregular, y en pocos lugares había servicio de telefonía móvil. El hospital tribal pudo conectarse a Internet, lo que mejoró su capacidad de atención. Pudieron consultar casos médicos complicados con médicos expertos de Chennai o de otras partes del mundo mediante videollamadas.
Sin embargo, el colegio, el centro de artesanía y la cooperativa agrícola seguían sin estar conectados. Para las personas acostumbradas a depender de Internet y las que viven en ciudades, esto fue motivo de preocupación. Pero para la Iniciativa Tribal Health esto apenas supuso un problema. Así fue hasta la aparición de la pandemia de la COVID-19.
De repente, Sittlingi se sintió aún más desconectado del mundo exterior que antes. Las ventas de Porgai bajaron un 80 %. Los productos agrícolas, como el tamarindo y otros productos orgánicos, dejaron de tener mercado, y la educación de los niños se paralizó. Después de haber vivido con el mínimo de conectividad durante los últimos 28 años, la Iniciativa Tribal Health se dio cuenta de su importancia en el mundo actual.
“Era aún más urgente que tuviéramos Internet cuando llegó la pandemia. La pandemia nos dejó completamente dependientes y no teníamos acceso a Internet”, dijo el Dr. Regi George.
Digital Empowerment Foundation (DEF) e Internet Society intervinieron. Ofrecieron a las cuatro localidades una conexión estable a Internet, utilizando el espectro libre sin licencia y colocando postes que se conectan entre sí, funcionando como una red local.
“Las comunidades indígenas son las más desconectadas en la era de Internet, por lo que cualquier oportunidad de conectarlas, especialmente utilizando tecnologías frugales como las redes inalámbricas de malla, ofrece la posibilidad no solo de incorporarlas a la corriente principal, sino también de enriquecer la red mundial con la cultura y los conocimientos diversos de estas comunidades”, declaró Osama Manzar, director de Digital Empowerment Foundation.
“Medimos las distancias y comprobamos las ubicaciones. Fue un poco difícil conectarse, ya que hay árboles alrededor y se interponen en la línea de visión. Pero lo conseguimos. Por fin, esta región que estaba completamente desconectada tiene ahora Internet. Todas las localidades están conectadas”, afirmó Mudassir Ansari, ingeniero de redes comunitarias de DEF.
Esta conectividad ayudará a Porgai a retomar el camino de las ventas, lo que permitirá a las mujeres volver a ser autosuficientes. También ayudará a los agricultores locales a vender sus productos a personas de fuera de la comunidad, ya que cada vez más gente aprecia el valor de los productos ecológicos. La conexión a Internet también ayudará a los niños en su educación durante la COVID-19. Pero, por encima de todo esto, la conexión a Internet es un puente entre el valle de Sittlingi y el mundo exterior, que democratiza la información y garantiza el acceso a ella.
Rajnesh Singh, vicepresidente regional de Asia-Pacífico de Internet Society, ha declarado que “la experiencia de esta comunidad demuestra claramente por qué la conectividad es fundamental, incluso para aquellos que aparentemente no tienen una necesidad inmediata. Internet puede ofrecer todo un nuevo mundo de oportunidades de desarrollo social y económico, más aún para quienes aún no se benefician de estar en la red”.
“Fue como una celebración, ¿sabes? Conseguir conectarse”, dijo la Dra. Lalitha Regi, directora de Porgai.