Parece que cada vez que se produce algún acontecimiento político importante en el mundo, alguien hace un llamamiento para que otras personas dejen de poder conectarse a Internet. El último llamamiento para desconectar a la gente se ha producido al calor de la invasión rusa de Ucrania.
Internet Society debe oponerse a estos llamamientos, independientemente de lo tentadores que sean. Internet siendo la mejor baza para la comunicación entre todos los pueblos del mundo.
Los llamamientos para desconectar a Rusia vienen de varios frentes:
- Se está presionando a los gigantes de las redes sociales para que bloqueen el contenido ruso y evitar que siga circulando la desinformación.
- Otras personas creen que las redes del mundo deben bloquear la comunicación en Rusia mediante el bloqueo de los anuncios de BGP. El BGP, protocolo de puerta de enlace de frontera, por sus siglas en inglés, es el protocolo de red que permite a las diferentes redes que forman Internet gestionar sus comunicaciones, en la práctica, equivale a la parte “inter” de “Internet.” Tratar de convencer a todas las redes del mundo de que rechacen los anuncios de BGP por motivos políticos no tiene precedentes.
- Con todo, otras personas creen que hay que cortar las conexiones físicas de las redes rusas. La comunicación por cables que se han cortado no es posible. Si se cortan los cables, Rusia quedará aislada.
Estas propuestas pasan por alto un elemento fundamental de Internet: no fue diseñado para respetar las fronteras de los países. La idea de que la gente quiera desconectar a un país es tan errónea como cuando los gobiernos quieren hacerlo en su propio país.
La conectividad a Internet significa que cualquier persona con acceso puede usarlo para comunicarse. Pueden hacerlo tanto agresores como adversarios. A diferente de la mayoría de las formas de comunicación históricas, Internet es asombrosamente resistente cuando las condiciones para la conexión son malas. No es magia. No pondrá fina a las guerras o las invasiones. Pero es una herramienta ideal para que las personas la usen contra sus opresores.
Internet permite hablar a personas que de otra forma estarían silenciadas, por lo que no sorprende que haya personas por todo el mundo que traten de socavar Internet.
Rusia lleva más de una década intentando, con escasos visos de éxito (diga lo que diga el Kremlin), poder desconectarse de Internet. Algunos gobiernos imponen cierres de Internet que perjudican los intereses de sus ciudadanos e impiden el desarrollo económico, todo ello en aras del control social. Estas iniciativas no equivalen a un “Internet con características locales” o cualquier otra frase gancho. Van en contra de la esencia de Internet. Internet pone las decisiones sobre las conexiones en manos de las personas que quieren conectarse. Esta idea asusta a aquellos que quieren controlar los mensajes. Pero es lo que ha hecho de Internet un recurso que enriquece la vida de las personas.
En la situación actual, incluso en un nivel técnico básico, no está claro qué es una «red rusa» ni cómo se podría rechazar su comunicación. En cierto modo, la resistencia de Internet se debe a su redundancia. No es posible esperar que todas las redes del mundo rechacen el tráfico de las redes con origen en Rusia. De hecho, también es verdad que las comunicaciones con origen en cualquier red controlada por un gobierno se difundan a lo largo y ancho de Internet. Probablemente, los orígenes quedarán todavía más ocultos de lo que podrían estar. En un mundo ya conectado, resultará bastante difícil negarle a alguien la conectividad por completo, sobre todo cuando ese alguien tiene todos los recursos de un estado nación. Tratar de bloquear las redes de un país puede perjudicar a su gobierno, pero también lo hará a sus disidentes nacionales.
Cuando los grandes operadores de redes empiecen a demostrar su capacidad para tomar decisiones de enrutamiento por motivos políticos, otros gobiernos se darán cuenta. Esto atraerá los requisitos normativos para dar forma a la interconexión de redes en tiempo real según las líneas políticas. Si nos aventuramos por ese camino, la red de redes dejará de existir en poco tiempo. En su lugar tendríamos un diseño de red diferente, creado en torno a puertas nacionales, dividido en líneas geopolíticas, y tan dinámico y robusto como otros sistemas multilaterales basados en la regulación. Internet ha hecho mucho para erosionar esos sistemas porque es más eficiente y eficaz. Dejaríamos de hacerlo.
Sin Internet, el resto del mundo no se enteraría de las atrocidades que pasan en otros sitios. Y sin Internet, la gente de a pie de muchos países no sabría que se está haciendo en su nombre. Lo mejor que cabe esperar, aunque no sea mucho, es que es que quienes apoyan un régimen agresivo dejen de apoyarlo. Disponer de más información puede ayudar, aunque exista desinformación. Tenemos que entender mejor qué es desinformación y qué no lo es. Cortar la conexión a Internet de una población entera puede poner fin a la desinformación que emana de dicha población, pero también cortará la circulación de la verdad.
No debemos facilitarle las cosas a aquellos que odian Internet y su capacidad de empoderamiento del individuo. Debemos luchar contra la desaparición de Internet. Esto implica asegurarse de que nadie se quede sin conexión. Significa garantizar que siempre se disponga de un cifrado fuerte, que proteja las comunicaciones ordinarias, pero que también facilite el discurso político frente a la censura. Significa asegurarse de que las propiedades fundamentales de Internet no se vean socavadas por las leyes, independientemente de lo lo bienintencionadas que sean. Significa que las interconexiones sean baratas, sencillas y universales, para que todas las redes sean sistemas fiables y robustos que puedan hacerse a partir de partes no fiables. Significa dedicarnos a garantizar que Internet sea para todo el mundo.
Demasiadas personas en todo el mundo viven en conflicto. Todo el mundo debe tener acceso a la mejor herramienta de comunicación jamás inventada. Internet es una herramienta que los ayuda a entender qué está pasando y a difundir sus vicisitudes. Es una herramienta para que los oprimidos demuestren su opresión´. Si intentamos que se doble solo según la voluntad de los gobiernos, la romperemos, perdiendo todas estas oportunidades. La gente invadida por una potencia extranjera merece conectarse a Internet. Pero no podemos seleccionar quien puede conectarse y quien no.
Nunca renunciaremos a esta visión. Internet es para todo el mundo
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