En Internet Society trabajamos para lograr que Internet sea abierto, seguro, fiable y esté conectado globalmente. Una gran parte de este trabajo consiste en facilitar el acceso a Internet a los que más lo necesitan, con lo que cerramos la brecha digital.
Pero ¿qué es exactamente la brecha digital? A primera vista, la respuesta parece bastante sencilla: “La diferencia que existe entre aquellos que tienen acceso a los ordenadores y a Internet y aquellos que no”. Pero tras una investigación más a fondo, existen muchas formas de medir la brecha. De hecho, existen muchas brechas.
A continuación, presentamos un resumen breve de las formas de definir y calcular las brechas digitales. Si bien no hay una sola definición, existen formas efectivas para conectar a los que se han quedado atrás y abordar la brecha. Una solución consiste en instalar redes comunitarias y favorecer las condiciones para que prosperen.
¿Qué es la brecha digital?
No existe una sola brecha digital. A grandes rasgos, la brecha digital es la diferencia entre las personas que tienen acceso a Internet y las que no. Pero la brecha digital tiene muchas aristas e incluye factores como el acceso, la asequibilidad, la calidad y la relevancia. Como escribió Michael Kende, “la brecha digital no es binaria”. He aquí algunas de las cosas que dan pie a la disparidad en el acceso a Internet:
- Disponibilidad: ¿te puedes conectar a Internet en tu lugar de residencia? ¿Existe un punto de conexión a Internet cercano? En caso afirmativo, este es el primer paso para tener acceso a Internet.
- Asequibilidad: ¿es asequible el acceso? ¿Qué precio tiene comparado con el de otros productos de primera necesidad? ¿Qué porcentaje de tus ingresos necesitas para pagar la conexión a Internet?
- Calidad del servicio: ¿son suficientes las velocidades de carga y descarga para las necesidades de los usuarios locales de Internet?
- Relevancia: ¿tiene la comunidad conectada las competencias y tecnologías necesarias? ¿Existe interés local y comprensión de la relevancia de la conexión a Internet? ¿Hay aplicaciones móviles en el lugar? ¿Hay contenido en el idioma local y es significativo para los miembros de la comunidad?
- Brechas adicionales: otros ámbitos que pueden crear desigualdad digital son la seguridad, la interconectividad, la competencia digital y el acceso a los equipos.
Estas brechas de disponibilidad, asequibilidad, interés y competencia digital se producen a nivel internacional, así como en el ámbito local.
Los países con un alto índice de conectividad general suelen tener grandes desigualdades en las zonas rurales, alejadas e incluso en zonas urbanas. A menudo, estas brechas coinciden con otras disparidades, como la desigualdad de ingresos y de género. Por ejemplo, Estados Unidos tiene altos índices de conectividad general, pero existe una brecha considerable de acceso a Internet asequible y sostenible en los territorios de nativos americanos.
Los datos más recientes sobre la brecha digital
Existen muchos enfoques para calcular las brechas en el acceso a Internet. Cada fuente usa su propia tecnología con alcance y métricas diferentes. Algunas fuentes se fijan en la saturación de los dispositivos utilizados (como, por ejemplo, ordenadores o smartphones), mientras que otras se fijan en las zonas atendidas por los Proveedores de Servicios de Internet (ISP).
Todas las metodologías tienen sus limitaciones y no existe ninguna forma de que los datos capten las maravillosas complejidades de la forma en que la gente usa Internet. A pesar de las posibles limitaciones, algunas fuentes dan una buena idea del aspecto de la brecha digital en números.
La Comisión de la Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible de la ONU calcula que 3.600 millones de personas no tienen ningún tipo de acceso a Internet. Esto significa que hay unos 4.100 millones de personas conectadas, cerca del 53,6 % de la población mundial.
Fuente: https://public.tableau.com/profile/ituint#!/vizhome/ITUFactsandFigures2020/ITU2020
La brecha digital agrava otras brechas
Quizás más apremiante que la forma de medir la brecha digital son las muchas formas en que la falta de acceso puede agravar otras brechas y desigualdades. La gente sin conexión a Internet suele ser la gente con rentas más bajas. Esta falta de acceso a Internet crea otras barreras de oportunidades económicas y movilidad. La brecha digital se alimenta de muchas otras desigualdades socioeconómicas y contribuye a ellas.
La brecha no es única ni está claramente definida, pero se mire por donde se mire, la exclusión digital tiene muchas repercusiones negativas. He aquí algunas de ellas:
- Acceso a la atención médica y sus consecuencias: el acceso a Internet es un problema de salud pública importante. La falta de acceso significa quedarse excluido de información y recursos de salud indispensables. Ahora los expertos en salud insisten en que tener una conexión a Internet de banda ancha «debe reconocerse como un determinante social de la salud«.
- Oportunidades económicas: para los trabajadores y las empresas, la falta de una banda ancha de calidad se traduce en una pérdida de oportunidades económicas y competetividad en la economía digital.
- Oportunidades educativas: los menores en edad escolar que no pueden conectarse a Internet se están perdiendo las ventajas educativas que ofrece Internet. Esta brecha perpetúa los resultados de aprendizaje desiguales y ha sido especialmente difícil durante la pandemia de la COVID-19.
La brecha digital perpetúa estas y muchas otras desigualdades. Esto hace que cerrar la brecha sea más urgente.
Las redes comunitarias son una solución complementaria para cerrar la brecha digital
De la misma forma que la brecha digital no es binaria, tampoco existe una solución única para cerrarla. Los gobiernos y el sector privado llevan décadas usando modelos exitosos para hacer que muchas personas se puedan conectar a Internet.
Sin embargo, la mitad restante de la población mundial que no tiene conexión es la más difícil de conectar a Internet, ya que a menudo vive en zonas de baja densidad o de bajos ingresos que no son tan rentables para que las grandes empresas den servicio e instalen infraestructuras. Esto ha ralentizado el ritmo con el que las personas nuevas se conectan a Internet. Se necesitan soluciones innovadoras para avanzar.
Las redes comunitarias pueden superar los desafíos de muchas brechas digitales, facilitando una conexión a Internet asequible a aquellas personas que más lo necesitan. Más alla de ofrecer una conexión a Internet asequible, las redes comunitarias pueden ayudar a lidiar con algunas de las brechas mencionadas anteriormente.
Por ejemplo, llevar el acceso a Internet a una comunidad mejora las disparidades de atención médica al poner a disposición de las zonas rurales opciones asequibles de telesalud: este fue el resultado de la iniciativa Banda ancha efectiva para la salud que Internet Society promovió en Nepal. Otras comunidades han experimentado cambios en ámbitos diferentes mediante la conectividad como, por ejemplo, en la educación, la atención médica y la agricultura, como es el caso de la red comunitaria de Murambinda en Zimbabue.
El proceso de instalación de la red comunitaria también demuestra que los miembros de la comunidad que participan en la puesta en marcha de las redes también mejoran sus compentencias digitales compartidas.
En la localidad hawaiana de Waimanalo, creó oportunidades nuevas y le dio a la comunidad el control de su conectividad. John Garcia, un miembro de la comunidad cuya participación fue decisiva en la instalación de la red, dijo: “Hay un montón de emprendedores aquí que se conectan y trabajan desde casa. Hemos pasado de no tener conectividad a estar conectados y tener el control de dicha conexión y ampliarla”.