Internet se basa en la apertura y la conectividad. Los usuarios de Internet han incorporado esos mismos principios a su cultura: colaboración masiva con personas de todo el mundo, compartiendo y construyendo sobre las ideas de los demás.
Han surgido en la red nuevas formas de expresión creativa inimaginables hace solo unos años. Internet ha permitido que surjan comunidades con intereses comunes que comparten ideas e inspiración y aprenden nuevas habilidades unas de otras. Ha abierto nuevas oportunidades de colaboración y ha dado voz a millones de personas en todo el mundo.
Wikipedia se ha convertido en la primera parada para cualquiera que desee investigar y aprender sobre prácticamente cualquier tema. Creada íntegramente por voluntarios, Wikipedia contiene artículos sobre más de 6,7 millones de temas, desde el grupo de chicas japonés Aa! hasta la línea de bromas telefónicas de los años setenta Zzzzzz.
Las enciclopedias en línea y las bases de datos de libre acceso han llevado a la democratización generalizada del conocimiento, permitiendo a la gente compartir conocimientos, explorar nuevas aficiones y buscarse la vida.
En la cultura de los memes, las ideas surgen y evolucionan a medida que se comparten en todo el mundo. Los generadores de macros y los creadores de gifs facilitan a la gente la creación de sus propios memes, yuxtaponiendo ideas e influencias de mundos diferentes y combinándolas entre sí. Los memes son capaces de trascender las fronteras culturales y geográficas, actuando casi como un lenguaje por derecho propio.
Lolcats, doge y otras macros de imágenes han creado una nueva forma visual con pies de foto sarcásticos y faltas de ortografía deliberadas que se colocan encima de las imágenes para compartirlas en tablones de anuncios y redes sociales.
Copypasta y creepypasta son nuevas formas de narración colaborativa que han contribuido a crear todo un mundo de folclore en Internet: una colección de leyendas urbanas e historias virales que desdibujan los límites entre realidad y ficción.
Músicos, artistas, escritores y cineastas pueden compartir su trabajo con el mundo con solo pulsar un botón. Esto ha dado lugar a formas y géneros artísticos híbridos, ya que la gente recoge influencias de todo el mundo, polinizando la creatividad.
En Reddit, más de un millón de usuarios colaboraron en r/place, una obra de arte masiva que se creó en el transcurso de 72 horas.
Las plataformas de redes sociales, blogs, pódcast y streaming de música han creado carreras totalmente nuevas. YouTuber, influencer, podcaster: son trabajos, y palabras, que sencillamente no existían hasta hace poco y que nunca se habrían creado sin Internet.
“¿Pero qué nombre le ponemos? ¿Audioblogging? ¿Podcasting? ¿GuerillaMedia?”
Me encanta la sensación de intimidad que transmiten los pódcast. No se puede escuchar un pódcast por casualidad, hay que hacer un esfuerzo consciente para descargarlo y escucharlo. Los podcasters tienen libertad para explorar los temas que tratan. Pueden profundizar de una forma que antes no era posible. En cierto modo, empiezas a desarrollar una relación con los presentadores de tus programas favoritos, aunque sea unilateral. Tienes la sensación de que los conoces”.
Al igual que la invención de la palabra “pódcast” fue un feliz accidente, también lo fue la creación de uno de los mayores sitios web del mundo. Lanzado en 2005, YouTube se concibió inicialmente como un sitio de citas.
El cofundador Jawed Karim subió el primer vídeo a YouTube el 24 de abril de 2005, los 19 segundos que duraba.
La idea era que la gente creara perfiles de citas y colgara vídeos con la esperanza de encontrar a alguien con quien salir.
Pero las cosas no salieron según lo previsto.
A los usuarios no les interesaba la parte de citas de la plataforma, pero les gustaba lo fácil que era subir y compartir contenidos de vídeo. Así que los fundadores abandonaron la idea de las citas y empezaron a dejar que los usuarios subieran lo que quisieran. “Empezaron a utilizar YouTube para compartir vídeos de todo tipo”, explica Karim. “Sus perros, sus vacaciones, cualquier cosa”.
Mientras que en los primeros tiempos de YouTube el sitio se llenaba de vídeos amateur y éxitos virales inesperados (como Charlie Bit My Finger y Keyboard Cat), hoy esos vídeos virales conviven con contenidos producidos por creadores profesionales y semiprofesionales de YouTube para sus millones de suscriptores.
Desde unboxing, selfis y BookTok hasta mukbang y ASMR, el contenido generado por los usuarios ha propiciado el desarrollo de tendencias inimaginables.
Estas tendencias han sido posibles gracias a otro feliz accidente provocado por los usuarios: el hashtag. Utilizado en las redes sociales, el símbolo # recopila y organiza contenidos en torno a temas específicos, lo que permite a los usuarios encontrar publicaciones similares y unirse a una conversación global en torno a ese tema.
No fue un empleado de Twitter el primero en tener la idea de agrupar mensajes mediante hashtags, sino el diseñador de productos Chris Messina.
Messina sugirió la idea a Twitter, que inicialmente la rechazó, pero cuando consiguió convencer a las aplicaciones integradas en la plataforma para que adoptaran el hashtag, Twitter acabó introduciendo la misma funcionalidad.
Desde entonces, el hashtag se ha adoptado en todas las redes sociales y millones de personas lo utilizan cada día para expresarse, tanto creativa como políticamente. Desde #BlackLivesMatter hasta #MeToo, el hashtag ha dado forma al discurso global.
De cara al futuro, es imposible predecir cómo Internet seguirá ayudando a la gente a expresarse. Como dijo Ben Hammersley en 2004, aún no tenemos el vocabulario necesario para describir las posibilidades.
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