Trabajo y aprendizaje por Internet
Empecé un nuevo trabajo durante la primera pandemia. Pasaron meses hasta que por fin conocí a mis compañeros en persona. Fue extraño verlos por fin en persona cuando durante tanto tiempo solo habían sido cuadritos en una pantalla. Pero también me pareció natural: ya nos habíamos hecho amigos a través de videollamadas y mensajería instantánea”.
Internet fue fundamental para muchos de nosotros mientras seguíamos trabajando y estudiando desde casa durante la pandemia, pero décadas antes ya había tenido un enorme impacto en el mundo de la educación y el trabajo.
Es difícil imaginar cómo era la vida en una oficina antes de Internet. Los días del correo interno, de abrir cartas en la bandeja de entrada al comienzo de cada día y de guardar documentos en archivadores son ya cosa del pasado.
El correo electrónico, las videoconferencias, las plataformas colaborativas, la nube y las plataformas de mensajería instantánea como Slack han transformado nuestra forma de comunicarnos con compañeros, clientes y proveedores.
La computación en nube permite compartir documentos y acceder a ellos desde cualquier lugar del mundo.
El software de gestión de proyectos ha facilitado la colaboración y el trabajo más eficiente. Las videoconferencias han permitido trabajar a distancia y, en algunos casos, eliminar por completo la necesidad de desplazarse a la oficina.
Sitios como LinkedIn han visto cómo nuestros currículos se trasladaban a Internet, cambiando la forma de encontrar nuevas oportunidades.
Para facilitar estas transiciones, en un fenómeno conocido como esqueumorfismo, muchas de las antiguas herramientas que utilizábamos perviven como ecos, metáforas visuales que utilizamos sin pensar. El correo electrónico se representa con un sobre, recogido en una bandeja de entrada. Para redactar uno nuevo, pulsamos el icono del bolígrafo. Para adjuntar un documento, buscamos un clip digital.
Durante la pandemia, las videoconferencias permitieron a muchos trabajar como siempre desde casa, pero la transición no fue del todo fluida.
Para las personas que vivían en apartamentos pequeños y alojamientos compartidos, fue todo un reto. Incluso quienes tenían la suerte de contar con una oficina en casa podían verse interrumpidos en medio de una videollamada.
Y a veces no sabes cómo cambiar la configuración durante una videollamada.
Internet ha tenido un impacto en el mundo laboral más allá de los trabajos de oficina. Muchas personas acceden ahora a servicios esenciales, desde la banca hasta la sanidad por Internet.
Internet ha transformado el comercio y la industria. Las máquinas de las fábricas pueden compartir datos en tiempo real, controlar constantemente la calidad y actualizar los niveles de suministro.
Desde los sistemas de gestión de la cadena de suministro y la triangulación de envíos, hasta la gestión de proveedores y clientes y la coordinación logística, no hay prácticamente ninguna faceta del trabajo que no se haya visto afectada por Internet, incluso para las empresas tradicionales.
El comercio electrónico ha revolucionado el sector minorista. Cualquiera puede abrir una tienda en línea y empezar a vender sus productos y servicios a clientes de todo el mundo sin necesidad de un establecimiento físico. Sitios como Etsy han permitido a artistas y diseñadores convertir sus actividades secundarias en empleos a tiempo completo. Upwork, Fiverr, Behance y plataformas similares permiten a los autónomos mostrar su trabajo y encontrar nuevos encargos.
Al igual que Internet ha afectado al lugar de trabajo, nuestros sistemas educativos también se han transformado, equipando a las personas con las habilidades y conocimientos que necesitan para los trabajos del mañana.
Ahora podemos acceder a información y recursos con más facilidad que nunca. Wikipedia ha democratizado el conocimiento, dando acceso instantáneo a millones de artículos sobre todos los temas imaginables.
Plataformas como LinkedIn Learning permiten aprender habilidades empresariales prácticas, como contabilidad o programación, y habilidades interpersonales más suaves, como comunicación y mentoría.
Coursera, edX y otros cursos multitudinarios abiertos en línea (MOOC, por sus siglas en inglés) ofrecen a la gente la oportunidad de hacer cursos en una amplia gama de temas. Algunas universidades ponen sus clases en línea. Internet ha potenciado el aprendizaje a distancia, permitiendo a los estudiantes obtener cualificaciones desde casa.
Y las oportunidades de aprender no tienen precedentes: la serie de clases del profesor de filosofía de Harvard Michael Sandel sobre la justicia ha sido vista por decenas de millones de personas desde que se publicó por primera vez en YouTube en 2009, más de las que podrían haber asistido a una clase en una universidad de élite en la vida real.
Cuando se cerraron las aulas durante la pandemia, Internet permitió a los estudiantes participar en las clases desde casa y mantenerse en contacto con sus compañeros y profesores. Esto minimizó los trastornos, pero puso de manifiesto la «brecha digital», ya que algunos hogares pobres carecen de dispositivos adecuados o de conexiones fiables a Internet.
Internet es una herramienta increíble y todos debemos trabajar para garantizar que todo el mundo tenga acceso a todo lo que ofrece, de modo que nadie se quede atrás. Internet es el medio del pueblo.
Lee cómo Internet ha mejorado otros aspectos de nuestras vidas.
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Ayuda a proteger Internet contra la fragmentación.
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